Ninguna guerra tiene justificación. No podemos parar esta guerra, pero sí podemos poner nuestro granito de arena para ayudar a estas pobres víctimas. La solidaridad que está habiendo ante esta situación es digna de admiración. La gente se desvive por ayudar. Personas acudiendo a la frontera, recogida de enseres en almacenes, donativos en metálico, acogida en hogares,….impresionante.
Nosotros, desde la Fundación Golfin también queremos ayudar.
Hace unos meses, vista la lista de espera que tenemos en el piso del Hogar de Vida, y siendo conscientes de que cada vez que decíamos SÍ a una madre, decíamos NO a otras, nos lanzamos a la aventura de comprar una residencia para poder atender a muchas madres. Y ahí estábamos, preparándola poco a poco, para abrir hacia Semana Santa.
Pero las circunstancias han cambiado y hemos tenido que acelerar la preparación, porque hemos puesto la residencia a disposición de la Comunidad de Madrid y en cualquier momento, llegan más de 30 ucranianas con hijos. Es para nosotros una alegría que sean ellas las que estrenen la residencia.
Ha sido impresionante la respuesta de la gente. El sábado por al mañana vinieron mas de 80 voluntarios. Sin palabras lo que fue aquello, qué bonito, qué ambiente, qué entrega! Teníamos que colocar los muebles (llevábamos meses recibiendo pero sin colocar), arreglar desperfectos (alguna persiana, algun cerrojo, alguna bombilla…), limpiar la suciedad acumulada (3 años la residencia cerrada) y preparar las camas y las cunas, y llenar la despensa y la nevera (las despensas repletas de comida y útiles de higiene y aseo y una pasada la comida que han cocinado estas voluntarias, digno del mejor restaurante, de verdad). Cómo han cuidado hasta los más pequeños detalles!! Flores en cada mesa y caramelos en cada cama.
Además, tenemos que dar las gracias a ONLY YOU BOUTIQUE HOTEL, BEBEPOLIS Y ILUNION LAVANDERIAS FUENLABRADA por sus donaciones. ¡¡Impresionante su generosidad!!
De verdad que solo tenemos palabras de agradecimiento y de admiración.
Como decía una ucraniana que vino a ayudar «ver tanta gente buena preocupándose por mi gente me ha hecho olvidar por unas horas el horror de la guerra en mi país».
¡¡Gracias, gracias, gracias, y mil veces gracias!!